Lo cierto es que el origen de la palabra bacán, raíz de bacanería, es el antiguo vocablo baccan, del latín local que se hablaba en Génova, Italia. Significaba: patrón, capitán de barco, pater familia (padre).
Dizionario Genovese- italiano Giuseppe Olivieri, 1851.
La palabra Baccan de Génova se traslada con los emigrantes italianos a Argentina. Era una voz usualísima entre la numerosa colonia genovesa que poblaba la ciudad, y por lo tanto de comprensión fácil para quienes convivían con esa colonia, El lunfardo fue, en su origen, una forma lúdica o festiva del habla popular de Buenos Aires.
En Buenos Aires, a principio del siglo XX, como voz del lunfardo, se expande con las letras de algunas canciones del tango por toda América. En masculino, la expresión está relacionada a la paulatina emergencia de las clases medias, al tipo económicamente desahogado que puede mantener una amante: “que el bacán que te acamala tenga pesos duraderos, / que te abrás de las paradas con cafishos milongueros... ” (“Mano a mano”, 1923). O en femenino: “Hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta..” (“Mano a mano” Id.) . En aquella época se refería preferentemente a la persona alegre que con solvencia económica, estilo elegante y generosidad fraterna. El personaje, “hombre adinerado, afecto al lujo y al buen vivir” o “individuo de buena posición, adinerado de hábitos refinados” (García, Guillermo,2005. Filología tanguera, Hologramática, Lomas de Zamora), frecuentaba los ambientes libertarios de la vida bohemia.
Después se encarna en el bacán y la bacana del Caribe. Los salseros interpretaron por mucho tiempo el espíritu de la bacanería.
Ahora continúa su expansión por la Internet por todo el planeta. Los jóvenes de hoy en sus conversaciones cotidianas lo utilizan, además, para referirse a un estado de satisfacción anímica, como reconocimiento de una emoción agradable, como una aprobación estética o erótica.
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